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Tevildo, Príncipe de los gatos.

Actualizado: 26 jul 2023



¿Quién no conece a un tal Tevildo, Principe de los gatos? Quizás pueda que te sorprendas... Solo continúa leyendo.

 

Los hechos que aquí se narran están extraídos del «Cuento de Tinúviel» de El Libro de Los Cuentos Perdidos II, editado por Christopher Tolkien.

 


Tevildo, Príncipe de los Gatos.




En Angamandi, los "Infiernos

de Hierro" vivía Melko, el Ainu

malvado de enorme poder.

 

Y bajo sus órdenes tenía a un

súbdito seguidor de gran poder

también e igualmente malvado.

 

Este súbdito, entre otras cosas,

se encargaba de proveer la

comida para los banquetes y

tener siempre las provisiones

de carne necesarias en las

cocinas de Angamandi.

 

Y este vasallo era un gato,

el mejor cazador de Melko

y de nombre Tevildo,

Príncipe de los Gatos.

 

Su otro nombre menos usual era

Tiberth Bridho Miaugion, que

venía a significar igualmente

"Principe de los Gatos" y los

Gnomos (Noldor) también le

llamaban Tifil.

 

Era un enorme gato negro

como la noche más oscura

sin estrellas y sin Luna.

Sus ojos eran felinos,

alargados, pequeños y

oblicuos. Y, en medio de su

oscura faz, destellaban con

un brillo rojo y verde a la vez.



 

Sus bigotes eran largos como en

todo gato, pero los suyos eran

especialmente largos y afilados

como agujas, fuertes y grises.

 

Y por supuesto que ronroneaba como

todo gato, más su ronroneo asemejaba

a un redoble de tambores y su gruñido

sonaba como un trueno.

 

Así que lo mejor era no estar

cerca de él cuando gritaba

lleno de ira porque la sangre

helaba y era tal el terror

que destilaba que las aves y

animalillos quedaban

petrificados o muertos al oir

su grito.

 

Y este gato, por si aún no lo has

adivinado, es la primera concepción

que Tolkien creó y que más tarde

se concretaría en el malvado Maia

Sauron que fue lugarteniente del vil

Vala Melkor en Angband.

 

Algunas notas curiosas.


Tevildo poseía un collar mágico dorado y con él tenía el control sobre el resto de gatos que comandaba. Lo que no me quedó claro al leer el libro es si Melko se lo dio.


Ahora bien, lo que sí le entregó Melko fue un conjuro, unas mágicas palabras para que ese collar funcionase.

Así pues, si se conocía el conjuro de Melko, se podía dominar a los gatos a través de ese collar.

 

Se cuenta también que el perro Huan se lo quitó y se lo entregó a Tinúviel, la cual recitó el conjuro y liberó a los gatos.


Luego Huan se puso el collar dorado. Este es el origen de que ahora los perros persigan a los gatos cuando antes era a la inversa.


Y por si no lo sabías, este es también el origen de que reine el odio entre elfos y gatos.



 

Y para terminar.

Aquí dejo una de las frases de Tevildo que me hizo reír mucho:

"-En el nombre de Melko,

¿dónde ha huido ahora esa

Elfa loca?".

Se refiere por supuesto a Tinúviel.

 




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